sábado, 30 de junio de 2012

Celebración de los santos Mártires de Roma !!


La celebración de hoy, introducida por el nuevo calendario romano  universal, se refiere a los protomártires de la Iglesia de  Roma, víctimas de la persecución de Nerón después del incendio  de Roma, que tuvo lugar el 19 de julio del  año 64. 


¿Por qué Nerón persiguió a los cristianos? Nos  lo dice Cornelio Tácito en el libro XV de los  Annales: “Como corrían voces que el incendio de Roma había  sido doloso, Nerón presentó como culpables, castigándolos con penas excepcionales,  a los que, odiados por sus abominaciones, el pueblo llamaba  cristianos”.


En tiempos de Nerón, en Roma, junto a la comunidad  hebrea, vivía la pequeña y pacífica de los cristianos. De  ellos, poco conocidos, circulaban voces calumniosas. Sobre ellos descargó Nerón,  condenándolos a terribles suplicios, las acusaciones que se le habían  hecho a él. Por lo demás, las ideas que profesaban  los cristianos eran un abierto desafío a los dioses paganos  celosos y vengativos... “Los paganos—recordará más tarde Tertuliano— atribuyen a  los cristianos cualquier calamidad pública, cualquier flagelo. Si las aguas  del Tíber se desbordan e inundan la ciudad, si por  el contrario el Nilo no se desborda ni inunda los  campos, si hay sequía, carestía, peste, terremoto, la culpa es  toda de los cristianos, que desprecian a los dioses, y  por todas partes se grita: ¡Los cristianos a los leones!”.

Nerón  tuvo la responsabilidad de haber iniciado la absurda hostilidad del  pueblo romano, más bien tolerante en materia religiosa, respecto de  los cristianos: la ferocidad con la que castigó a los  presuntos incendiarios no se justifica ni siquiera por el supremo  interés del imperio. 


Episodios horrendos como el de las antorchas  humanas, rociadas con brea y dejadas ardiendo en los jardines  de la colina Oppio, o como aquel de mujeres y niños vestidos con pieles de animales y dejados  a merced de las bestias feroces en el circo, fueron  tales que suscitaron un sentido de compasión y de horror  en el mismo pueblo romano. “Entonces —sigue diciendo Tácito—se manifestó  un sentimiento de piedad, aún tratándose de gente merecedora de  los más ejemplares castigos, porque se veía que eran eliminados  no por el bien público, sino para satisfacer la crueldad  de un individuo”, Nerón. La persecución no terminó en aquel  fatal verano del 64, sino que continuó hasta el año  67.




Entre los mártires más ilustres se encuentran el príncipe de  los apóstoles, crucificado en el circo neroniano, en donde hoy  está la Basílica de San Pedro, y el apóstol de  los gentiles, san Pablo, decapitado en las “Acque Galvie” y  enterrado en la vía Ostiense. Después de la fiesta de  los dos apóstoles, el nuevo calendario quiere celebrar la memoria  de los numerosos mártires que no pudieron tener un lugar  especial en la liturgia.





 Oremos 


Señor, tú que fecundaste con la sangre de numerosos mártires los primeros gérmenes de la Iglesia de Roma, haz que el testimonio que ellos dieron con tanta valentía en el combate fortalezca nuestra fe, para que también nosotros lleguemos a obtener el gozo de la victoria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén.

viernes, 29 de junio de 2012

Hoy es... San Pedro y San Pablo !!


San Pedro y San Pablo, son apóstoles, testigos de Jesús que dieron un gran testimonio. Se dice que son las dos columnas del edificio de la fe cristiana. Dieron su vida por Jesús y gracias a ellos el cristianismo se extendió por todo el mundo.


San Pedro, Apóstol (s. I )  


Recorría las calles de Batsaida con las cestas llenas acompañado de su padre Jonás y su hermano Andrés para vender la pesca. También pasaron horas remendando las redes, recomponiendo maderas y renovando las velas.
    
Se casó joven. Era amigo de los Cebedeos, de Santiago y Juan, que eran de su mismo oficio. A veces, se sentaban en la plaza y,  comentaban lo que estaba en el ambiente pleno de ansiedad y con algo de misterio; hablaban del Mesías y de la redención de Israel. En la última doctrina que se explicó en la sinagoga el sábado pasado se hablaba de Él.  

Juan, el hijo de Zacarías e Isabel, ha calentado el ambiente con sus bautismos de penitencia en el Jordán. Andrés está fuera de sí casi, gritándole: ¡Lo encontré! ¡Llévame a él!, le pidió. Desde entonces no se le quitará de la cabeza lo que le dijo el Rabbí de Nazaret: ¡Te llamarás Cefas!   


Continúa siendo tosco, rudo, quemado por el sol y el aire; pero él es sincero, explosivo, generoso y espontáneo. Cuando escucha atento a Jesús que dijo algo a los ricos, tiempo le faltó para afirmar «nosotros lo hemos dejado todo, ¿qué será de nosotros?» Oye hablar al Maestro de tronos y piensa de repente, sin pensarlo «Seré el primero». 

   
Pedro es arrogante para tirarse al agua del lago y al mismo tiempo miedoso por hundirse. Cortó una oreja en Getsemaní y luego salió huyendo. Es el paradigma de la grandeza que da la fe y también  de la flaqueza de los hombres. Se ve en el Evangelio descrita la figura de Pedro con vehemencia para investigar; protestón ante Cristo que quiere lavarle los pies y noble al darle su cuerpo a limpiar.  
  

Es el primero en las listas, el primero en buscar a Jesús, el primero en tirar de la red que llevaba ciento cincuenta y tres peces grandes; y tres veces responde que sí al Amor con la humildad de la experiencia personal.

    
Roma no está tan lejos. Está hablando a los miserables y a los esclavos prometiendo libertad para ellos, hay esperanza para el enfermo y hasta el pobre se llama bienaventurado; los menestrales, patricios y militares... todos tienen un puesto; ¿milagro? resulta que todos son hermanos. Y saben que es gloria sufrir por Cristo. 
   

En la cárcel Mamertina está encerrado, sin derechos; no es romano, es sólo un judío y es cristiano. Comparte con el Maestro el trono: la cruz, cabeza abajo.  En el Vaticano sigue su cuerpo unificante y venerado de todo cristiano. 

  

San Pablo, Apóstol (s. I ) 



Dejó escrito: «He combatido bien mi combate; he terminado mi carrera; he guardado la fe. Ahora me está reservada la corona de justicia que Dios, justo juez, me dará en su día; y no sólo a mí, sino a todos los que aman su venida». 

 
Y fue mucha verdad que combatió, que hizo muchas carreras y que guardó la fe. Su competición, desde Damasco a la meta -le gustaba presentar la vida cristiana con imágenes deportivas- no fue en vano, y merecía el podio. Siempre hizo su marcha aprisa, aguijoneado con el espíritu de triunfo, porque se apuntó, como los campeones, a los que ganan.
    

En otro tiempo, tuvo que contentarse con guardar los mantos de los que lapidaban a Esteban. Después se levantó como campeón de la libertad cristiana en el concilio que hubo en Jerusalén. Y vio necesario organizar las iglesias en Asia, con Bernabé; ciega con su palabra al mago Elimas y abre caminos en un mundo desconocido.

  
Suelen acompañarle dos o tres compañeros, aunque a veces va solo. Entra en el Imperio de los ídolos: países bárbaros, gentes extrañas, ciudades paganas, caminos controlados por cuadrillas de bandidos, colonias de fanáticos hebreos fáciles al rencor y tardos para el perdón. Antioquía, Pisidia, Licaonia, Galacia.   



Y siempre anunciando que Jesús es el hijo de Dios, Señor, Redentor y Juez de vivos y muertos que veinte años antes había ido de un lado para otro por Palestina, como un vagabundo, y que fue rechazado y colgado en la cruz por blasfemo y sedicioso.

  
Los judíos se conjuraron para asesinarle. En la sinagoga le rechazan y los paganos le oyen en las plazas. Alguno se hace discípulo y muchos se amotinan, le apedrean y maldicen. Va y viene cuando menos se le espera; no tiene un plan previo porque es el Espíritu quien le lleva; de casi todos lados le echan. 
   

Filipos es casi-casi la puerta de Europa que le hace guiños para entrar; de allí es Lidia la primera que cree; pero también hubo protestas y acusaciones interesadas hasta el punto de levantarse la ciudad y declararlo judío indeseable haciendo que termine en la cárcel, después de recibir los azotes de reglamento. En esta ocasión, hubo en el calabozo luces y cadenas rotas.   


Tesalónica, que es rica y da culto a Afrodita, es buena ciudad para predicar la pobreza y la continencia. Judío errante llega a Atenas -toda ella cultura y sabiduría- donde conocen y dan culto a todos los diosecillos imaginables, pero ignoran allí al Dios verdadero que es capaz de resucitar a los muertos como sucedió con Jesús.   


Corinto le ofrece tiempo más largo. Hace tiendas y pasa los sábados en las sinagogas donde se reúnen sus paisanos. Allí, como maestro, discute y predica.   El tiempo libre ¡qué ilusión! tiene que emplearlo en atender las urgencias, porque llegan los problemas, las herejías, en algunas partes no entendieron bien lo que dijo y hay confusión, se producen escándalos y algunos tienen miedo a la parusía cercana.   Para estas cuestiones es preciso escribir cartas que deben llegar pronto, con doctrina nítida, clara y certera; Pablo las escribe y manda llenas de exhortaciones, dando ánimos y sugiriendo consejos prácticos.  

En Éfeso trabaja y predica. Los magos envidian su poder y los orfebres venden menos desde que está Pablo; el negocio montado con las imágenes de la diosa Artemis se está acabando. Las menores ganancias provocan el tumulto. 

 

Piensa en Roma y en los confines del Imperio; el mismo Finisterre, tan lejano, será una tierra bárbara a visitar para dejar sus surcos bien sembrados. Solo el límite del mundo pone límite a la Verdad.   


 Quiere despedirse de Jerusalén y en Mileto empieza a decir «adiós». La Pentecostés del cincuenta y nueve le brinda en Jerusalén la calumnia de haber profanado el templo con sacrilegio. Allí mismo quieren matarlo; interviene el tribuno, hay discurso y apelación al César. El camino es lento, con cadenas y soldado, en el mar naufraga, se producen vicisitudes sin cuento y se hace todo muy despacio. 
  


La circunstancia de cautivo sufrido y enamorado le lleva a escribir cartas donde expresa el misterio de la unión indivisible y fiel de Cristo con su Iglesia.   Al viajero que es místico, maestro, obrero práctico, insobornable, valiente, testarudo, profundo, piadoso, exigente y magnánimo lo pone en libertad, en la primavera del año sesenta y cuatro, el tribunal de Nerón. Pocos meses más tarde, el hebreo ciudadano romano tiende su cuello a la espada cerca del Tíber.


¿Que nos enseña la vida de Pedro?



Nos enseña que, a pesar de la debilidad humana, Dios nos ama y nos llama a la santidad. A pesar de todos los defectos que tenía, Pedro logró cumplir con su misión. Para ser un buen cristiano hay que esforzarse para ser santos todos los días Pedro concretamente nos dice: " sean santos en su proceder como es santo el que los ha llamado" ( I Pedro, 1, 15)

Cada quién, de acuerdo a su estado de vida debe trabajar y pedirle a Dios que le ayude a alcanzar su santidad.
Nos enseña que el Espíritu Santo puede obrar maravillas en un hombre común y corriente. Lo puede hacer capaz de superar los más grandes obstáculos.


¿Que nos enseña la vida de San Pablo?



Nos enseña la importancia de la labor apostólica de los cristianos todos los cristianos debemos ser apóstoles, anunciar a Cristo comunicándo su mensaje con la palabra y el ejemplo, cada uno en el lugar que viva, y de diferente maneras.


Nos enseña el valor de la conversión. Nos enseña a hacer caso a Jesús dejando nuestra vida antigua de pecado para comenzar una vida dedicada a la santidad, a las buenas obras y al apostolado. 




Oremos;



Dios nuestro, que nos llenas de santa alegría con la solemnidad de los santos apóstoles Pedro y Pablo, haz que tu Iglesia se mantenga siempre fiel a las enseñanzas de estos apóstoles, de quienes recibió el primer anuncio de la fe. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén.

jueves, 28 de junio de 2012

Hoy es... san Ireneo !!


Obispo de Lyons, y Padre de la Iglesia. La información sobre su vida es escasa, y hasta cierto punto inexacta. Nació en la Asia Proconsular, o al menos en alguna provincia colindante, en la primera mitad del siglo II; la fecha exacta es controversial, entre los años 115 y 125, de acuerdo con algunos, o, de acuerdo con otros, entre el 130 y 142.

Es cierto que, aun siendo muy joven, Ireneo había visto y escuchado al obispo San Policarpo (m. 155) en Esmirna. Durante la persecución de Marco Aurelio Antonino, Ireneo fue sacerdote de la Iglesia de Lyons. El clero de esa ciudad, muchos de los cuales padecían el encarcelamiento por la fe, lo envió (177 ó 178) a Roma con una carta para el Papa San Eleuterio respecto al montanismo, y en dicha ocasión dio un testimonio enfático de sus méritos. De regreso a Galia, Ireneo sucedió al mártir San Potino como obispo de Lyons.



Durante la paz religiosa que siguió a la persecución de Marco Aurelio Antonino, el nuevo obispo dividió sus actividades entre los deberes de un pastor y las de un misionero (de la cual tenemos poca información, tardía y no muy cierta) y sus escritos, los cuales casi todos iban dirigidos contra el gnosticismo, la herejía que se propagaba entre los galos y otros lugares.


En 190 ó 191 intercedió ante el Papa San Víctor I para levantar la sentencia de excomunión impuesta por el Papa sobre las comunidades cristianas de Asia Menor las cuales perseveraban en la práctica de los cuartodecimanos respecto a la celebración de la Pascua (vea Controversia Pascual. No se sabe nada sobre la fecha de su muerte, la cual debe haber ocurrido a fines del siglo II o inicios del siglo III. A pesar de algunos testimonios aislados y posteriores a tal efecto, no es muy probable que terminara su carrera con el martirio. Su fiesta se celebra el 28 de junio en la Iglesia Latina, y el 23 de agosto en la Griega.




Ireneo escribió en griego muchas obras las cuales le han asegurado un lugar excepcional en la literatura cristiana, dado que en asuntos religiosos controversiales de importancia vital exhiben el testimonio de un contemporáneo de la era heroica de la Iglesia, de uno que había escuchado a San Policarpo, el discípulo de San Juan, y quien, de cierta manera, perteneció a la era apostólica. 



Ninguno de estos escritos nos ha llegado en el texto original, aunque muchos grandes fragmentos de ellos existen como citas en escritos posteriores (San Hipólito de Roma, Eusebio de Cesarea, etc.).



Oremos 



Señor, tú que quisiste que el obispo san Ireneo hiciera triunfar la verdadera doctrina y lograra afianzar la paz de tu Iglesia, haz que nosotros, renovados, por su intercesión, en la fe y en la caridad, nos esforcemos siempre en fomentar la unidad y la concordia entre los hombres. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén.

miércoles, 27 de junio de 2012

Hoy es... San Cirilo de Alejandría !!


 Obispo y doctor de la Iglesia. Doctor de la Encarnación y de la Maternidad Divina de María.

Su autoridad sirvió santamente los designios de Dios. San Cirilo es famoso por su defensa de la ortodoxia contra la herejía, particularmente contra el nestorianismo.

Arzobispo de Alejandría (Egipto). Defensor de la doctrina que proclama a María la Theotokos: Madre de Dios. Esta doctrina fue proclamada como dogma en el Concilio de Efeso (431) que San Cirilo presidió bajo la autoridad el Papa Celestino. Su gran oponente era Nestóreo, patriarca de Constantinopla. 



Al ponerse en duda que María es madre de Dios se ponía en duda la identidad de Jesucristo quien es una persona divina. Por eso San Cirilo no solo aportó a la Mariología sino también a la Cristología.

El argumento de San Cirilo: María es la Theotokos, no porque ella existiese antes de Dios o hubiese creado a Dios. Dios es eterno y María Santísima es una criatura de Dios. Pero Dios quiso nacer de mujer. La persona que nace de María es divina por lo tanto ella es madre de Dios.

Su santa defensa de la verdad le ganó la cárcel y muchas luchas pero salió victorioso.

Después del triunfo, San Cirilo se consagró a exponer y completar su doctrina, a contener, con menoscabo de su popularidad, los fermentos monofisitas de su partido, y a explicar las Sagradas Escrituras al pueblo alejandrino. Su interpretación es siempre mística y espiritual, como podía esperarse de un discípulo de Orígenes. La ley mosaica ha sido abrogada en cuanto a la letra, pero no en cuanto al espíritu. Al mismo tiempo se esforzaba por desarraigar los últimos retoños del paganismo, refutando los libros de Juliano el Apóstata, que aun hallaban ambiente entre los discípulos de Porfirio y de Celso. Defensor acérrimo de la ortodoxia, es también uno de sus más ilustres expositores. 


Profundo, exegeta ingenioso, vigoroso polemista. Es el más dogmático y el más escolástico de todos los Padres, y también el más tradicional. Él pone fin a las controversias trinitarias; aunque su actividad se desenvuelve, sobre todo, en el campo de la cristología. No obstante, ha hablado también magníficamente sobre la Redención, la acción del Espíritu Santo en las almas, el Bautismo y la Eucaristía. Defensor del dogma en la Encarnación y de la maternidad divina de María, puede llamársele también el doctor de la gracia santificante.

martes, 26 de junio de 2012

Hoy es... san Josemaría Escrivá de Balaguer !!

 

Josemaría Escrivá de Balaguer, nacido en Barbastro (Huesca) en 1902. Murió en Roma el 26 de junio de 1975. Hijo de José y de Dolores, que se habían casado en 1898 y que tuvieron seis hijos.      

 

Decidió hacerse sacerdote diocesano para estar con plena disponibilidad al querer divino sólo intuido. Alternó los estudios de Derecho en la Universidad de Zaragoza con los de Filosofía y Teología en el seminario. Se ordenó sacerdote el 28 de marzo de 1925.   El 2 de octubre de 1928 fundó, en Madrid, el Opus Dei, que abre un nuevo camino de santificación en medio del mundo a través del trabajo profesional en el cumplimiento heroico de los deberes personales, familiares y sociales.     

 

La misión encomendada era colosal, sólo limitada por la misma extensión del mundo y por sus millones de habitantes. Aquello sólo era posible con una profunda vida interior; hacía falta mucha oración y abundante mortificación.    El desarrollo de la labor que Dios quería que hiciera no tenía camino jurídico dentro del organismo de la Iglesia. Era un proyecto universal eminentemente laical, y hasta entonces el derecho eclesiástico se limitaba en lo universal a la regulación de las familias clericales o de religiosos.    Desarrolló una prodigiosa actividad , por más de cuarenta años, en medio de numerosas dificultades de todo tipo, donde no faltaron incomprensiones y calumnias; sufrió el recelo de personas .   

 

Su enamoramiento de Jesucristo en la Eucaristía, la filial devoción a la Virgen santísima y a san José, y la complicidad de los Ángeles hicieron posible que llevara con fe, alegría y buen humor esta «persecución de los buenos» como él la llamó.   

 

La Prelatura del Opus Dei está extendida por los cinco continentes y cientos de miles de fieles acuden a la intercesión de San Josemaría, que dejó, además de sus libros La Abadesa de las Huelgas (estudio histórico-jurídico), Camino, Surco, Forja, Amigos de Dios, Es Cristo que pasa y numerosas Cartas, un millar de hijos suyos sacerdotes a su muerte, y... ¿sabes?, le gustaba bendecir las guitarras de los jóvenes.

 

 El 17 de mayo de 1992, Juan Pablo II beatifica a Josemaría Escrivá de Balaguer. Lo proclama santo diez años después, el 6 de octubre de 2002, en la plaza de San Pedro, en Roma, ante una gran multitud. «Siguiendo sus huellas», dijo en esa ocasión el Papa en su homilía, «difundid en la sociedad, sin distinción de raza, clase, cultura o edad, la conciencia de que todos estamos llamados a la santidad».



Oremos

 

 Señor Dios todopoderoso, que de entre tus fieles elegiste a San Josemaría Escrivá Balaguer, para que manifestara a sus hermanos el camino que conduce a ti, concédenos que su ejemplo nos ayude a seguir a Jesucristo, nuestro maestro, para que logremos así alcanzar un día, juntos con nuestros hermanos, la gloria de tu reino eterno. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

lunes, 25 de junio de 2012

Hoy es... san Próspero de Aquitania !!



Próspero de Aquitania, seglar († c. a. 455)  Si no fuera por sus escritos, todos marcados por la controversia semipelagiana, y por el testimonio del historiador Gennadio no sabríamos gran cosa de su vida que destaca por su virtud, por la perseverancia en la lucha por la ortodoxia y por el apasionamiento por la verdad.

Parece ser que era natural de Aquitania y así se añade a su nombre, como apellido, el de su patria y vió la luz a finales del siglo IV. Debió recibir una buena y sólida formación y parece ser que frecuentó la compañía de los monjes que estaban en el monasterio de san Víctor, en Marsella, al sur de Francia.


Consta que nunca entró en el mundo de los clérigos, siempre permaneció en el estado seglar y hay indicios prudentes que llevan a pensar que estuvo casado; de hecho, se le atribuye el «Poema de un esposo a su esposa» en cuyo caso no habría duda sobre su estado matrimonial e incluso se le podría aplicar la profundidad de pensamiento y las claras actitudes de vida cristiana que en él aparecen, pero no puede afirmarse con total seguridad por negar algún autor de peso la autoría prosperoniana del poema.

Bien conocida es la controversia teológica suscitada en el siglo V por la desviada enseñanza de Pelagio contraria al pensar cristiano poseído pacíficamente en la Iglesia. La reacción de san Agustín -con toda clase de argumentos bíblicos y teológicos- no se hizo esperar en defensa de la fe y la sanción de los concilios de Cartago en los años 416 y 418 con la posterior aceptación del papa parecía haber solucionado para siempre el problema.    Pero no fue así y es aquí donde entra en juego Próspero de Aquitania.

Los monjes de san Víctor en Marsella empiezan a inficionar las Galias con un pelagianismo camuflado que enseña el abad Casiano, escritor y teólogo, secundado por sus monjes. Dice en sus «Colaciones» que admite la doctrina contra los pelagianos expuesta por san Agustín y aprobada por los concilios y los papas, pero sostiene con sus monjes que depende del hombre la primera elección que en términos teológicos se denominará desde entonces el «initium fidei».    Este es el pensamiento teológico que en el siglo XVI recibirá el nombre de semipelagianismo.

Próspero detecta el mal larvado y habla, y discute, y visita, y escribe a Agustín propiciando la escritura de los tratados maduros agustinianos «Sobre el don de la perseverancia» y «De la predestinación de los santos» que escribió, ya anciano, el obispo de Hipona.

Es toda una controversia de alto nivel. Como es laico y su fuerza termina en su pobre persona, no cede en la verdad teológica y marcha a Roma para implicar en la defensa de la fe al mismo papa Celestino I que era ya un hombre avezado en este tipo de discusiones y escribió a los obispos galos pidiendo sometimiento al magisterio de la Iglesia recogido de san Agustín.   Se trataba de intrincadas cuestiones que, en sus matices, son para especialistas teólogos y en las que los incautos son fácil presa al engaño. En juego está la idea de Dios y del hombre, el valor de la Redención y la necesidad de los sacramentos. No era poca cosa la que estaba sobre el tapete.    Había que saber conciliar la evidencia del absoluto poder de Dios, su voluntad salvífica universal, y su absoluta libertad con la libertad del hombre que es un ser dependiente y el papel que le concierne en su propia salvación, correspondiendo personalmente a la gracia.

Si se concedía excesivo protagonismo a la libertad humana se llegaba al extremo inaceptable de que el hombre puede llegar a la salvación sobrenatural por sus propias fuerzas; si, por el contrario, se acentuaba la absoluta dependencia del hombre con respecto a Dios, se hacía a Dios responsable de la condenación, cosa igualmente imposible.  Llegar a la expresión técnica de la fe era cosa de preclaras inteligencias, grandes teólogos y extraordinarios santos.

 

Muerto Casiano y fallecido también san Agustín, no se acabó la discusión entre los seguidores del fraile y tuvo que ser el laico o seglar Próspero quien mantuviera firme y alta la bandera de la ortodoxia.

Que se sepa, escribió «La vocación de todos los gentiles», «Contra el autor de las Colaciones», «Sobre la Gracia y el libre albedrío» y «De los ingratos».   Terminó sus días el seglar Próspero siendo secretario nada menos que del papa san León Magno y hasta se piensa que pudo poner su aportación en la Epístola Dogmática escrita a los Orientales para exponer magisterialmente el misterio de la Encarnación, declarando la unión Personal en Cristo contra la herejía de Nestorio y contra Eutiques y los monofisitas las dos naturalezas de Cristo.

Murió después del año 455, sin que se pueda aventurar con más exactitud la fecha de su muerte en el actual estado de investigación.


Da gusto ver en el siglo V la entrega de un laico sabio y santo responsable de su misión y puesto en la Iglesia sin renunciar al estado que Dios quiso para él. Aunque en aquella época no se hablaba aún de «promocionar al laicado», ni de «laicos comprometidos», se demuestra una vez más que, para cada uno en particular, la santidad no depende del modo de ser Iglesia en la Iglesia, sino de la fidelidad a la gracia de Dios y del esfuerzo por poner en juego todos los dones recibidos.


sábado, 23 de junio de 2012

Hoy es...San José Cafasso !!

 

Nació el 15 de enero del año 1811 en Castelnuovo Don Bosco, que entonces se llamaba Castelnuovo d'Asti. Cristalizó su deseo de consagrarse a Dios en los principios del verano de 1827. Hizo los estudios filosóficos y teológicos preparatorios al sacerdocio que se le confirió el 21 de septiembre de 1833.   Las corrientes que mandaban la moda en aquellos momentos estaban inficionadas de jansenismo y regalismo con vientos que dificultaban fuertemente la marcha de la Iglesia.



La piedad, como expresión de la fe, estaba sofocada por un excesivo rigorismo que señalaba tanto la distancia entre el Creador y la criatura que dificultaba la expresión genuina de la relación con Dios visto como Padre bueno; por ello, la relación amorosa y confiada a la que debe llevar la verdadera piedad permanecía oculta por la rigidez estéril y el temor nocivo a Dios observado como justiciero, lejano y extraño.   Enmarcado en estas formas de pensamiento y de actitudes prácticas comienza el ejercicio del ministerio sacerdotal José Cafasso. 


 Renuncia a la «carrera» de los eclesiásticos, desperdiciando voluntariamente las posibilidades de subir que tuvo desde el principio por su buen cartel. Se instala, con la intención de mejorar su formación sacerdotal, en el "Convitto" de San Francisco de Asís, en Turín, que habían fundado en el 1817 Pío Brunone y Luis María Fortunato.   Frente a la práctica religiosa antipática y a la pastoral sacramental rigorista imperante en su época, allí se entresacan los filones de la vida espiritual católica de todos los tiempos. 

Con trazos seguros y vivos se enseña, recuerda y habla del fin de esta vida, del valor del tiempo, de la salvación del alma y de la lucha contra el pecado; con naturalidad se tratan las verdades eternas, la frecuencia de los sacramentos, el despego del mundo...    Todo ello en clima de cordialidad, de sano optimismo y de confianza en la bondad de Dios manifestado en Cristo; por eso, se adivina que la religión ha de ser el continuo ejercicio de amor para acercarse al Dios lleno de infinita bondad y misericordia de quien debe esperarse siempre todo el perdón. Con formas nuevas, la piedad resulta agradable y fuente de permanente alegría cristiana.    Así se da sentido al cuidado de las cosas pequeñas y en la misma mortificación corporal se descubre el verdadero sentido interior que encierra en cuanto que la renuncia al gusto no es más que liberación del amor y unión más perfecta con Dios.

Hay que resaltar la influencia que José Cafasso ejerció en san Juan Bosco, algo más pequeño que él, cuando José era un joven y Juan un niño y cuando, más tarde, le facilita fondos económicos para ayudarle en la obra evangelizadora que comenzaba para el bien profesional y cristiano de la juventud.   No se puede dejar de mencionar ni por olvido que en la tierra tuvo tres amores: Jesús Sacramentado, María Santísima y el Papa.   Falleció un sábado 23 de junio de 1860, a la edad de sólo 49 años. 

Su oración fúnebre la hizo su discípulo preferido: San Juan Bosco. Antes de morir escribió esta estrofa: "No será muerte sino un dulce sueño para ti, alma mía, si al morir te asiste Jesús, y te recibe la Virgen María". Fue canonizado por el Papa Pío XII en 1947.    Encontró a Dios y le sirvió en el cumplimiento ordinario del ministerio sacerdotal, viviendo fielmente a diario -y esto es lo heroico- su entrega.




Oremos

 

Tú, Señor, que concediste a San José Cafasso un conocimiento profundo de la sabiduría divina, concédenos, por su intercesión, ser siempre fieles a tu palabra y llevarla a la práctica en nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.

viernes, 22 de junio de 2012

Hoy es San Tomás Moro!!

 

 Patrono de Gobernantes y Políticos.

"Ten, pues, buen ánimo, hija mia, y no te preocupes por mi, sea lo que sea que me pase en este mundo. Nada puede pasarme que Dios no quiera. Y todo lo que él quiere, por muy malo que nos parezca, es en realidad lo mejor". (Despedida de Tomás Moro a su hija, en la carcel antes de su muerte).



Santo Tomás Moro nació en Londres en 1477. Recibió una excelente educación clásica, graduándose de la Universidad de Oxford en abogacía. Su carrera en leyes lo llevó al parlamento. En 1505 se casó con su querida Jane Colt con quien tuvo un hijo y tres hijas. Jane muere joven y Tomás contrae nuevamente nupcias con una viuda, Alice Middleton.  

Hombre de gran sabiduría, reformador, amigo de varios obispos.


En 1516 escribió su famoso libro "Utopía". Atrajo la atención del rey Enrique VIII quién lo nombró a varios importantes puestos y finalmente "Lord Chancellor", canciller, en 1529. En el culmen de su carrera Tomás renunció, en 1532, cuando el rey Enrique persistía en repudiar a su esposa para casarse, para lo cual el rey se disponía a romper la unidad de la Iglesia y formar la iglesia anglicana bajo su autoridad.

Santo Tomás pasó el resto de su vida escribiendo sobre todo en defensa de la Iglesia. En 1534, con su buen amigo el obispo y santo Juan Fisher, rehusó rendir obediencia al rey como cabeza de la iglesia. Estaba dispuesto a obedecer al rey dentro de su campo de autoridad que es lo civil pero no aceptaba su usurpación de la autoridad sobre la Iglesia. Tomás y el obispo Fisher se ayudaron mutuamente a mantenerse fieles a Cristo en un momento en que la gran mayoría cedía ante la presión del rey por miedo a perder sus vidas. Ellos demostraron lo que es ser de verdad discípulos de Cristo y el significado de la verdadera amistad. Ambos pagaron el máximo precio ya que fueron encerrados en La Torre de Londres. Catorce meses mas tarde, nueve días después de la ejecución de San Juan Fisher, Sto. Tomás fue juzgado y condenado como traidor. El dijo a la corte que no podía ir en contra de su conciencia y decía a los jueces que "podamos después en el cielo felizmente todos reunirnos para la salvación eterna".

"Aunque estoy convencido, mi querida Margarita, de que la maldad de mi vida pasada es tal que merecería que Dios me abandonase del todo, ni por un momento dejaré de confiar en su inmensa bondad. Hasta ahora, su gracia santísima me ha dado fuerzas para postergarlo todo: las riquezas, las ganancias y la misma vida, antes de prestar juramento en contra de mi conciencia".
 (Santo Tomás Moro.Carta escrita en la cárcel a su hija Margarita).

 

Ya en el andamio para la ejecución, Santo Tomás le dijo a la gente allí congregada que el moría como "El buen servidor del rey, pero primero Dios" ("the King's good servant-but God's first").

Nos recuerda las palabras de Jesús: "Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios." Fue decapitado el 6 de julio de 1535. Su fiesta es el 22 de junio.

Qué gran modelo es Santo Tomás Moro para todos, en especial para los políticos, gobernantes y abogados. Pidámosle que su valentía les inspire para mantenerse firmes e íntegros en la verdad sin guardar odios ni venganzas.